sábado, 11 de octubre de 2008

Sin despedida...

A ti, que te fuiste cuando tan solo era una niña,
sin decir porque y sin despedirte de mi,
una mañana ya no abriste tus ojos para encaminarte
en un camino largo sin nosotras...
No te puedes llegar a imaginar lo vacía que dejaste
mi alma con tu marcha...
Demasiadas preguntas sin respuesta... Porque tú?
Me he dado cuenta que la justicia no existe,
no es justo que te fueras sin ni si quiera poderte decirte
lo mucho que te quería...
No tuve opción a decidir si quería vivir una vida llena de
cosas, que la persona mas preciada, no puediese vivirlas
conmigo...
Nunca sabré si te enorgulleces de mí como hija, si te alegras
de mis logros, son tantas cosas que nunca sabré...
Me queda la esperanza que ahí donde quiera que estés
puedas ver lo que ha hecho mamà para sacarnos adelante
a las dos, cuando tan solo se encontró con la soledad de no
tenerte y dos jovencitas con una muy larga vida en la que
se las ha visto y deseado para que nunca nos faltase nada.
Reflejo en estas líneas el dolor acumulado de tantos años,
lo que llevamos viviendo hasta el momento...

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